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PREGUNTA 1: El Profeta T.B. Joshua ha mencionado en muchas ocasiones que para ser un cristiano nacido de nuevo, tenemos que ser liberados. Si tienes que ser liberado antes de nacer de nuevo, ¿cómo podemos hacernos cristianos sin tener acceso a personas como T.B. Joshua?

 RESPUESTA: Uno puede ser liberado sin tener contacto físico con ningún ministro de Dios. Depende de cuánto la Palabra de Dios domine en tu corazón.

 Puedes ser liberado en un sueño o en una visión en la que cualquier ministro de Dios viene, ora por ti y te libera de cáncer, alguna aflicción o cualquier otro tipo de dolencia. Puedes ser liberado para que tu alma sea salvada. El recibir tal gracia, única y maravillosa, depende de cuánto la Palabra domine tu corazón.

PREGUNTA 2: ¿Significa esto que cuando el pastor hace un llamado está haciendo perder el tiempo y  que aquellos que respondieron al llamado no han sido salvados?

RESPUESTA: La confesión es una parte de la salvación, de la misma forma que el creer es otra parte. La justicia no es para todo aquel que confiesa “Jesús es el Señor”. Un hombre puede confesar “soy pastor” y no serlo en su corazón. La fe nace del corazón del hombre. Necesitamos fe para desatar la creencia en nuestro corazón. Hoy, oramos pero carecemos de la fe necesaria para desatar la creencia en nuestro corazón. Confesamos “soy cristiano”, pero carecemos de la fe necesaria para desatar la creencia en Cristo Jesús. Tanto la confesión como el creer son fe. A menudo los hombres confiesan: “Jesús es Señor; he nacido de nuevo”, pero no lo han hecho en el corazón. La fe nace en el corazón del hombre, es decir, del espíritu del hombre.

PREGUNTA 3: ¿Cómo conservas la unción en medio de la tentación y la crisis?

RESPUESTA: Si estás con Dios en fe y verdad, cualquier cosa que venga, ya sea bendición o prueba, será porque Dios lo ha permitido. Nada te puede pasar sin que Dios lo sepa cuando estás con Él en fe y verdad. Si Dios te ha llamado, desde el principio hasta el final, tu viaje ha sido delineado. Nada te ocurrirá sin que Dios lo sepa.

 Dios está más pendiente de cómo empiezas y terminas por amor a Su nombre. Él te equipará para el viaje. “Equipar” significa que te ha preparado para la gente que te rodea, ya sean enemigos o amigos.

Tengo un pacto con Dios. No puedo pedir nada que no esté escrito en el pacto. Lo que lograré en este mundo está en un libro que llevo siempre conmigo. Sólo tengo que abrirlo. Lo que esté fuera no me pertenece.

PREGUNTA 4: ¡Emanuel! Como jóvenes, los desafíos que encaramos hoy en día son enormes y sin Dios, el futuro está negro. Me gustaría muchísimo si pudiera compartir con nosotros, los jóvenes, algunos de los hábitos que le mantuvieron en su juventud: cómo conservó su relación con Dios, lo que evitó, si siempre estaba rodeado de amigos, su comportamiento en la escuela, etc… Creo que nos sería de gran ayuda a los jóvenes el desarrollar buenos hábitos inspirados por el Espíritu Santo. ¡Somos los líderes del mañana! Algunos de nosotros tenemos hambre de aprender de usted. Gracias, Profeta T.B. Joshua y que Dios le bendiga.

 RESPUESTA: Simplemente tienes que seguir el principio de que “todo tiene su tiempo”: Tiempo de nacer y tiempo de crecer. Los jóvenes están en el “tiempo de crecer”. Cuando estás creciendo es cuando más sacrificio tienes que hacer. Sacrifica a Dios (tu Creador) tu tiempo, tu fuerza, todo lo que tienes. Por lo tanto, la responsabilidad de Dios y la responsabilidad del hombre deben ser obedecidas y cumplidas a rajatabla. Trabaja como si todo dependiera de ti: esa es la responsabilidad del hombre. Ora como si todo dependiera de Dios: esa es la responsabilidad de Dios.

PREGUNTA 5: Muchas personas saben que necesitan liberación. ¿Debería una persona que no ha sido liberada de un espíritu maligno invocar el nombre de Jesús? Es decir, ¿se debería seguir obrando como Jesús o confesando su nombre incluso cuando el impulso de pecar atormenta? Porque la mayor parte de la gente confiesa a Jesús y no están libres. ¿Es eso peligroso?

RESPUESTA: Los que no han sido liberados invocarán el nombre de Jesús pero no con el corazón. Dirán “he nacido de nuevo; soy cristiano; soy pastor; soy hijo de Dios”, pero no lo serán en el corazón. Cuando invocas  el nombre de Jesús pero no con el corazón, te escucharás a ti mismo y la gente que te rodea te escuchará, pero Jesucristo no lo hará. Es lo que les pasó a los siete hijos de Esceva.

PREGUNTA 6: Muchas gracias, Profeta, por esta oportunidad. Mi pregunta es la siguiente: ¿Cómo se puede saber quién es la persona con la que Dios quiere que te cases?

RESPUESTA: El amor es algo del corazón y Dios es amor. Tu amor hacia la otra persona no debería estar basado en la atracción física sino en sus obras. Esto sólo puede pasar cuando eres libre y la persona en cuestión también.

Cuando eres libre y la otra persona no lo es, puesto que no quieres contaminarte, tu espíritu no aceptará ese amor hasta que la persona sea liberada, aunque sientas cierto tipo de amor hacia ella.

Pero si ninguno de los dos es libre, no hay forma de elegir correctamente: las tinieblas con las tinieblas.  No se puede aconsejar a nadie para que sea liberado, porque los dos están en las tinieblas. Una persona que está en las tinieblas no puede ver hasta que llega la luz: el Espíritu de Dios es luz. Eso es lo que quiero decir con “la fe es del espíritu del hombre”.

Cuando alguien es liberado discierne si la persona por la que siente cierto tipo de amor necesita liberación y sólo entonces la puede llevar para que la liberen.

PREGUNTA 7: T.B. Joshua, ¿qué tienes que decir acerca del matrimonio homosexual, es decir entre gays y lesbianas?

RESPUESTA: No juzgues para que no seas juzgado (Mateo 7:1). Deberíamos hablar a las personas para que se salven y no para que se mueran. Es decir, deberíamos hablar “salvación” y no “condenación”. La Biblia es mi modelo.

Si mis padres hubieran sido uno, yo no habría nacido. Aquellos que se preguntan esto, si vuestros padres hubieran sido uno, no habríais nacido. Tú que me lees, si tus padres hubieran sido uno, no estarías leyendo esto hoy. Dios bendiga al lector y al oidor.

Dios odia el pecado pero no al pecador. Cuando digo, “no juzgues para que no seas juzgado”, quiero decir que debemos odiar el pecado pero no al pecador, porque los pecadores pueden cambiar. Si matas al pecador juzgándolo, no tendrá oportunidad de cambiar. Los pecadores pueden ser liberados. Deberíamos odiar el acto y no a las personas, porque nuestra batalla no es contra carne ni sangre, sino contra los espíritus que causan todos estos actos.